Prohibieron el colorante rojo nº 3. ¿Qué más debería prohibirse?

La decisión de la FDA de prohibir finalmente el colorante rojo n.° 3 nos hizo pensar: ¿Qué más se esconde en nuestros alimentos, productos de cuidado personal y vidas cotidianas que debería prohibirse pero no lo está?
Alerta de spoiler: hay mucho. Analicemos a algunos de los peores infractores que aún siguen activos, a pesar de la evidencia de que podrían estar haciendo más daño que bien.
1. Otros colorantes alimentarios sintéticos
Bien, el Rojo n.° 3 está en camino de desaparecer (con el tiempo), pero ¿qué pasa con el resto? Tomemos como ejemplo el Rojo n.° 40, el Amarillo n.° 5 y el Azul n.° 1: todos se siguen usando ampliamente en EE. UU. a pesar de que estudios sugieren que pueden causar problemas de comportamiento en niños y otros problemas de salud. Mientras tanto, los países de la Unión Europea exigen etiquetas de advertencia en los alimentos que contienen algunos de estos colorantes. ¿Por qué? Porque, a diferencia de aquí, creen que los consumidores deberían saber cuándo un producto puede afectar la capacidad de atención de sus hijos.
2. Jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF)
Si alguna vez te has preguntado por qué todo en el supermercado parece tener un sabor demasiado dulce, puedes agradecérselo al JMAF. Este edulcorante barato y altamente procesado está en todas partes, desde los refrescos hasta los aderezos para ensaladas, y está vinculado con la obesidad, la diabetes tipo 2 y la enfermedad del hígado graso. Sin embargo, de alguna manera, sigue siendo el rey de nuestro sistema alimentario.
3. Aceites parcialmente hidrogenados
La FDA prohibió las grasas trans artificiales en 2015, lo que dio a las empresas algunos años para eliminarlas gradualmente, pero algunos productos aún contienen trazas gracias a lagunas legales. Incluso cantidades mínimas de estas grasas, presentes a menudo en productos horneados procesados, pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas. ¿Por qué permitimos siquiera una pizca de algo tan dañino?

4. Glifosato (también conocido como Roundup)
El glifosato es un herbicida ampliamente utilizado y también es objeto de importantes demandas por su posible relación con el cáncer. A pesar de la creciente evidencia y las crecientes prohibiciones en otros países, todavía se usa ampliamente en la agricultura estadounidense y, sí, se encuentran trazas en nuestros alimentos. Lo peor es que es particularmente común en productos como la avena y el trigo, lo que significa que tu tazón de avena matutino podría contener sustancias químicas cuestionables.
5. Aceite vegetal bromado (BVO)
El BVO, utilizado en algunos refrescos y bebidas deportivas para estabilizar el sabor, contiene bromo, una sustancia química que también se encuentra en los retardantes de llama. Se ha relacionado con pérdida de memoria, problemas de piel y problemas nerviosos. Aunque está prohibido en países como Europa y Japón, sigue en el pasillo de bebidas de Estados Unidos como si no fuera gran cosa.
6. Ciertos conservantes (por ejemplo, BHA y BHT)
El BHA (butilhidroxianisol) y el BHT (butilhidroxitolueno) son conservantes que se utilizan para prolongar la vida útil de alimentos procesados como cereales, patatas fritas e incluso chicles. Ambos son considerados "generalmente reconocidos como seguros" (GRAS) por la FDA, pero estudios los han vinculado con posibles alteraciones hormonales y cáncer en animales de laboratorio. Entonces, ¿por qué siguen vigentes?
7. Edulcorantes artificiales
El aspartamo y la sacarina pueden parecer los sustitutos perfectos del azúcar sin remordimientos, pero están plagados de controversia. Estudios han sugerido posibles vínculos con cáncer, dolores de cabeza y problemas metabólicos. Aunque algunas afirmaciones siguen siendo objeto de acalorados debates, ¿no sería mejor ser precavido?
8. PFAS (sustancias químicas permanentes)
Estos son los químicos que mantienen tus sartenes antiadherentes resbaladizas, tus impermeables impermeables y tus envoltorios de comida rápida sin grasa. Se les llama "químicos permanentes" porque no se descomponen en el medio ambiente ni en tu cuerpo. Estudios han vinculado los PFAS con cáncer, problemas del sistema inmunitario y problemas reproductivos. Sin embargo, todavía están presentes en todo, desde utensilios de cocina hasta cosméticos.
¿Por qué tarda tanto en prohibirse las sustancias nocivas?
La FDA y otros organismos reguladores suelen requerir años de investigación antes de decidir si algo debe prohibirse. Si bien es importante ser precavidos, estos retrasos suelen ir en detrimento de la salud pública. Mientras tanto, las industrias presionan con fuerza para mantener la legalidad de estas sustancias, priorizando las ganancias sobre la seguridad.
¿Qué podemos hacer?
- Lea las etiquetas : busque ingredientes limpios y reconocibles y evite productos con colorantes sintéticos, JMAF y conservantes como BHA o BHT.
- Apoyar a las empresas a tomar mejores decisiones : muchas marcas están abandonando los aditivos nocivos y adoptando alternativas más naturales.
- Abogar por el cambio : comuníquese con los legisladores, firme peticiones y apoye a las organizaciones que luchan por estándares de productos y alimentos más limpios.
Es hora de que nos preguntemos: si otros países pueden decir adiós a los productos químicos y aditivos nocivos, ¿por qué nosotros no?
Puede que el Colorante Rojo n.° 3 esté en la mira, pero hay toda una lista de infractores esperando su turno. Hagámoslo realidad, porque nuestra salud no debería ser una cuestión de último momento.
¿Qué es lo que encabeza tu lista de “debería prohibirse”?
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